Introducción
El pan de avena y chía sin harina es una alternativa saludable, rica en fibra y perfecta para quienes buscan reducir el consumo de harinas refinadas. Su textura es suave, su sabor ligeramente dulce y es ideal para acompañar desayunos o meriendas. Además, la combinación de avena y chía aporta proteínas, ácidos grasos esenciales y un gran poder saciante.
Ingredientes:
2 tazas de avena en hojuelas o harina de avena
2 cucharadas de semillas de chía
1 taza de leche o bebida vegetal
2 huevos
1 cucharada de miel o endulzante al gusto (opcional)
1 cucharadita de polvo de hornear
1/2 cucharadita de sal
1 cucharadita de canela en polvo (opcional)
1 cucharada de aceite de coco o de oliva
1 cucharadita de vinagre de manzana (para ayudar a activar el polvo de hornear)
Instrucciones:
Precalienta el horno a 180°C (350°F) y engrasa un molde para pan o cúbrelo con papel pergamino.
Hidrata las semillas de chía mezclándolas con la leche o bebida vegetal. Deja reposar por 10 minutos hasta que se forme un gel.
Tritura la avena en una licuadora o procesador de alimentos si no tienes harina de avena.
Mezcla los ingredientes secos en un bol: avena, polvo de hornear, sal y canela.
Bate los huevos en otro recipiente y agrégales la miel, el aceite y el vinagre de manzana.
Incorpora los ingredientes húmedos a los secos y añade la mezcla de chía y leche. Mezcla bien hasta obtener una masa homogénea.
Vierte la mezcla en el molde y alisa la superficie con una espátula.
Hornea durante 35-40 minutos o hasta que al insertar un palillo en el centro, este salga limpio.
Deja enfriar antes de desmoldar y cortar en rebanadas.
Consejos para servir y almacenar:
Puedes disfrutar este pan con mantequilla, mermelada, aguacate o queso crema.
Se conserva bien en un recipiente hermético a temperatura ambiente por 2 días o en el refrigerador hasta por 5 días.
Si deseas congelarlo, córtalo en rebanadas y guárdalas en bolsas herméticas. Luego, tuesta cada rebanada antes de consumirla.
Variantes: